miércoles, 29 de julio de 2020

La Crianza Al Pecho

 Crianza Al Pecho

IBFAN
A R G E N TIN A
IBFAN: Ganadora del premio
Nobel Alternativo 1998
Atrás quedó la Semana Mundial de la Lactancia Materna; al menos para Argentina y muchos de los países de la Región, aunque sabemos de otros en que su celebración se lleva a cabo en octubre o aún noviembre.
Esta idea original de WABA ha sido sin duda revolucionaria desde su concepción, ya que permite poner en el centro de la escena y ya no durante una semana sino más bien durante un mes completo, el tema que nos convoca a trabajar cada día del año. Sin embargo y más allá del reconocimiento a quienes tuvieron la lucidez de su inicio, la organización local de cada evento (unos pocos de los cuales damos cuenta en esta edición ) ya está absolutamente en manos de cada grupo en cada comunidad.
Con recursos propios, con ideas propias, con creatividad e ingenio, la Semana Mundial se recrea cada año en cada lugar en infinitas propuestas que se suman a lo largo y ancho de cada país. Y tal vez sea este el mayor capital de la Semana: la sociedad se ha adueñado de ella. Ya no pertenece a WABA, a programas de lactancia, ministerios, sociedades científicas ni ONG’s: es de cada uno y cada una de quienes participan en sus celebraciones.
Nos emociona el relato de quienes en lugares recónditos de nuestra Argentina organizan, financian y representan actividades de lo más diversas y en algunos casos extremadamente originales. Creemos que «la cultura de la lactancia materna» va lentamente ganando nuestra sociedad; ya podemos inclusive ver algunas publicidades televisivas de productos varios ( por ej. jabón en polvo ahora) donde se introduce la imagen de la madre amamantando.
Al menos esta vez proponemos mirar hacia atrás y valorar todo lo realizado, todo lo logrado en estos años de trabajo que lentamente fue abriendo una tras otra muchas puertas, conciencias y corazones.
Por ustedes, por nosotros, por todos quienes recorrieron este camino antes aún de nuestro tiempo, brindamos felices por el resultado del esfuerzo, la convicción y la pasión. Hasta la próxima , F.V.
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La Crianza al Pecho: mucho más que la mejor nutrición
Los beneficios de la leche materna para la salud de los niños están reconocidos por las autoridades científicas y por la comunidad en general. La superioridad biológica de la leche materna sobre las fórmulas es indiscutible.
En la última década se han documentado las ventajas de la lactancia materna para los infantes, sus ma-
dres, sus familias y la sociedad. Entre éstas se encuentran beneficios a la salud, nutricionales, inmunológicos, al desarrollo, psicológicos, sociales, económicos y ambientales.
Muchos de los beneficios que ofrece la lactancia materna no se deben solamente a la especificidad biológica de la leche humana sino a la manera en que ésta se le da al bebé. Nos referimos al amamantamiento, o sea, dar el pecho al bebé. A través del amamantamiento se crea un vínculo especial entre la madre y su hijo.
La investigación en el campo de la psicología ha demostrado hace mucho tiempo que los bebés y los niños con vínculos seguros crecen para convertirse en adultos afectuosos, confiables y preocupados con la realidad ajena. Dar el pecho permite un contacto físico que es esencial para el desarrollo psicomotor del infante.
Cuando una mujer da el pecho no solamente está alimentando a su bebé con la mejor leche si no que también lo está criando de una manera diferente. La crianza al pecho difiere sustancialmente de la crianza con biberón y leche artificial. Las rutinas diarias de alimentación, los patrones de sueño, de evacuación y crecimiento, y de cuidado diario son diferentes en ambos métodos.
La alimentación al pecho materno provee las bases para una crianza de apego en donde se fomenta en el infante o niño el desarrollo de la confianza, la empatía y el afecto para crear con sus padres una relación de
seguridad, de paz y duradera. Por otro lado la sociedad puertorriqueña fomenta la separación temprana de las madres y sus hijos.
Desde el momento del parto se producen barreras físicas que impiden el contacto continuo en esas primeras horas de nacido, y los patrones de crianza centrados en la alimentación artificial dirigen a las
madres también a esa separación. El no cargar al bebé mucho por miedo a engreírlo, el dejarlo llorar, el mantenerlo en una habitación se parada a la de sus padres, el establecer horarios para alimentarlo y las separaciones frecuentes entre los padres y sus hijos son algunos ejemplos de los estilos de crianza que
afectan la lactancia materna y la crianza de apego.
Muchas personas insisten en que nuestros hijos tienen que desarrollarse en seres independientes y que es necesario que esto lo logren desde muy pequeñitos. La realidad es que biológicamente nuestros niños no están preparados para esto. Nuestros bebés nacen antes de lo que deberían nacer para que sus madres
puedan parirlos, ya que de lo contrario el tamaño de su cabeza y su cuerpo sería muy grande e imposibilitaría a cualquier mujer tener un parto normal. Como resultado de esto, los bebés no tienen un sistema nervioso maduro y por eso tardan en hablar, incorporarse y caminar. Al ser tan inmaduros cuando nacen, nuestros bebés son muy dependientes y necesitan atención constante y mucho contacto físico con sus padres. De hecho, algunos antropólogos aseguran que los humanos tenemos, en realidad, una gestación de 21 meses: nueve en el útero y 12 meses más en el exterior, en los brazos de nuestros padres. Responder sensiblemente a las señales de un bebé, atenderlo antes de que sea necesario que llore, no
hará que su hijo sea un adulto dependiente.
Por el contrario, el mensaje que se le da es que sus padres estarán ahí para ayudarlo siempre durante todo su proceso de crecimiento y desarrollo. Bajo ningún concepto estamos implicando que las madres que alimentan a sus bebés con biberón no pueden llevar a cabo una crianza de apego. Lo que si estamos diciendo es que dar el pecho promueve este tipo de crianza. De hecho, el padre, aunque no da el pecho, puede aportar grandemente a la crianza de apego durante la lactancia. Vistiéndose con su bebé; esto
es, cargándolo todo el tiempo posible, bañándolo y consolándolo, son algunas de las cosas que los papás pueden hacer para ayudar en este periodo. Estudios recientes demuestran que la hormona oxitocina, además de ser la responsable de las contracciones del útero durante el parto y de promover que la leche salga del pecho de la madre, es también la hormona del amor. La oxitocina produce sentimientos amo-
rosos hacia el bebé de parte de la madre y del padre. Se ha encontrado que a los papás que participan activamente en la crianza de sus bebés le suben los niveles de oxitocina al igual que a las mamás.
A menudo encontramos personas que nos dicen que todo esto está muy bien pero que criar a un bebé de esta manera es agotador para la madre. A lo que respondemos que criar a un niño siempre es una experiencia agotadora, probablemente es la tarea más difícil que realicemos en toda nuestra vida. Cuidar, dirigir, orientar y disciplinar con amor son tareas que requieren mucha energía, pero que rinden la mayoría de las veces un fruto muy hermoso, un ser humano maravilloso. Las madres que amamantan y realizan una crianza de apego deben también mantener un balance en su vida familiar. Buscar ayuda entre los miembros de la familia para las tareas del hogar, cuidarse, comer comidas nutritivas, procurar ratos de descanso, asistir a grupos de apoyo para padres, compartir con amistades y hacer ejercicio físico son algunas de las cosas que ayudan a una madre a sobrellevar los primeros años de su hijo
Referencias:
1. Klaus, M.H. & Klaus, P.H. (1998).Your Amazing Newborn. Massachussets: Perseus Books.
2. Odent, M. (1999) The Scientification of Love. London: Free Association Books.
3. Parrilla, A.M. (2001) Guía Práctica para una Lactancia Exitosa. San Juan: Editorial de la Universidad de Puerto Rico.
4. Sears, W. & Sears, M. (2001) The Attachment Parenting Book: A Commonsense Guide to Understanding and Nurturing Your Baby. Boston: Little Brown & Company.
5. Small, M.F. (1998). Our Babies, Ourselves. New York: Anchor Books

* NOTA PARA EL EDITOR DE LA PUBLICACIÓN:
“La Dra. Ana M. Parrilla-Rodríguez no acepta ningún patrocinio de compañías productoras de leche artificial (fórmula), equipo relacionado (botellas, mamaderas, etc.) o productos complementarios (comidas para bebés etc.). Esto incluye las subsidiarias de estas compañías. Su compromiso con las organizaciones internacionales que promueven y protegen la lactancia materna así lo requiere. Solicita por lo cual, se respete esta posición ética y que este escrito no venga acompañado de fotos o anuncios que fomenten la alimentación con fórmula o biberón. De no poder ser así no autorizamos la publicación de este trabajo. Gracias”
Ana M. Parrilla Rodríguez, MD, MPH
Catedrática Asociada, Programa de Salud de la Madre y el Niño, Escuela Graduada de Salud Pública, Recinto de Ciencias Médicas, Universidad de Puerto Rico
EnRedDados Número 29 - Julio de 2002

Enredados DE LACMAT Número 29 - Julio de 2002

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